Las caras de suño de alguno de los alumnos, son un poema, como podéis ver. A continuación, comenzamos nuestra ruta. En primer lugar, admiramos alguna de las casas típicas de la zona, hechas de gneis. En general, se trata de casas de 2 plantas. En la planta baja se guardaba el ganado, al objeto de servir de calefacción para los moradores de la vivienda.
Como podéis ver, íbamos perfectamente pertrechados con unas capas de agua, que afortunadamente no tuvimos que utilizar ya que la lluvia nos respetó el paseo. Hemos visto que especies configuran la flora autóctona:robles, castaños, avellanos y hemos aprendido a diferenciar el pino silvestre del pino resinero, introducido para repoblar la zona.
Nos dimos un paseo muy agradable, y uno de los educadores nos enseñó sobre el barro fresco, alguna de las huellas de la fauna característica de la zona: jabalí, ciervo, lobo...
Una noche muy especial, sin duda.
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